¿Cómo se desarrollan unas negociaciones de paz? Las iniciadas en Portsmouth en agosto de 1905 enfrentaban a rusos y japoneses con dos posiciones muy diferentes. Por un lado la delegación japonesa se presentaba consciente de su posición de vencedora en el campo de batalla, la cual le daba derecho de imponer sus condiciones a un enemigo vencido.
Por otro lado la delegación rusa llegó a la pequeña ciudad portuaria estadounidense con una situación militar y de política interior completamente desfavorable. Los protagonistas que debían de ‘torear este Miura’ eran conscientes de su posición, y de las armas que debían de jugar para poder salir airosos del trance.
Veamos como se sucedieron los acontecimientos.
El Portsmouth Navy Yard fue el lugar donde se desarrollaron las sesiones de la conferencia, un gran edificio de ladrillo rojo que se encontraba a 100 metros del puerto, en el mismo centro de los astilleros navales.
El primer día (9) se dedicó a reconocer los poderes de ambas delegaciones. Fue el día 10 cuando se sentaron ante la gran mesa de madera por vez primera los comisarios de los países enfrentados. El ministro Komoura entregó las condiciones japonesas al plenipotenciario ruso Witte, estas consistían en 9 puntos:
- Rembolso de los gastos de guerra (sin especificación de suma)
- Cesión de Sakahline
- Cesión de la concesión rusa de la península de Liao Tung, incluidos los puertos de Dalny y Port Arthur
- Evacuación de Manchuria, devolución a China de todos los privilegios adquiridos por Rusia y reconocimiento del ‘principio de puestas abiertas’
- Cesión del ferrocarril del Este-Chino desde Kharbin hasta Port Arthur.
- Reconocimiento por Rusia del protectorado japonés de Corea
- Concesión de los derechos de pesca en el litoral siberiano al norte de Vladivostock hasta el mar de Bering
- Entrega de todos los navíos de guerra rusos internados en los puertos neutrales de Extremo Oriente
- Limitación de las fuerzas navales rusas en las aguas de Extremo Oriente
Las peticiones japonesas eran en su mayor parte una ratificación lo que hasta ese momento habían obtenido por las armas: La isla Sajalín estaba ocupada, así como la península de Liaotung, en Corea se había firmado el protectorado en 1904, e incluso el tramo del transiberiano que reclamaban ya estaba en su poder, tampoco los rusos no podían impedir por la fuerza que los japoneses pescaran en sus aguas territoriales, pues carecían de escuadra en la zona. Únicamente el pago de indemnizaciones de guerra, la limitación de la presencia rusa en Extremo Oriente, y la entrega de los buques internados podían ser consideradas como las peticiones más duras y humillantes. Me imagino la cara de Witte, un político curtido y experimentado, al concluir la lectura de este documento, y como buen funcionario del estado, dió acuse del escrito japonés y se retiró de la mesa hasta el día siguiente. Las cosas no iban a ser fáciles.
En la jornada del día 11 de agosto fue a Witte a quién le correspondía contestar, su argumentación se basó en tres puntos:
- Rusia no se encontraba vencida y se encontraba en condiciones de continuar la guerra.
- Rusia no es responsable de una guerra que habían comenzado los japoneses.
- Rusia deseaba la paz, pero no una paz a cualquier precio, sino una paz honorable sin pago de indemnizaciones, ni pérdidas de territorio.
Pero Witte no se levantó del asiento, ni se marchó, ni ese día, ni los siguientes. Las negociaciones continuaron, ambas delegaciones eran conscientes de que debían de llegar a un acuerdo. Y así se fueron escribiendo uno a uno, los artículos que compusieron el documento definitivo del conocido Tratado de Portsmouth, por el cual concluyó la guerra ruso japonesa de 1904-1905. El día 22 de agosto las negociaciones se estancaron, pues se empezaron a tratar los términos en que se redactarían los artículos más conflictivos. Los principales escollos se encontraban en los puntos ya mencionados:
- Entrega de la isla Sakhaline, considerada como territorio ruso por los acuerdos con el propio imperio del Japón de 1875.
- Indemnizaciones de guerra, los rusos se negaban a ellas al no considerarse vencidos. Witte no había ido a EEUU a pedir gracia, sino a negociar una paz honorable sin vencedores ni vencidos.
- La entrega de los buques rusos internados en los puertos del Extremo Oriente,se argumentaba que era totalmente contraria al derecho internacional, sin precedentes en la historia.
- La limitación de fuerzas navales rusas en Extremo Oriente, era una imposición humillante al honor ruso.
La negativa rusa a mover un ápice su posición de estos puntos tuvo su respuesta en un último intento del Japón el día 25: Se cedía en el punto de la entrega de los navíos internados, así como se proponía la ‘compra’ por Rusia del 50% de Sakhaline por tres mil millones -evitando así la palabra indemnización-.
Witte debió de ser el más sorprendido cuando el 28 de agosto el ministro japonés Komoura cambiaba la postura de so gobierno y aceptaba la postura rusa: “sin indemnización y partición de Sakhaline sin mediación de dinero”.
La ‘dudosa’ explicación. Aun aceptando las condiciones rusas, Japón conservaba sus conquistas en Extremo Oriente. Rusia caería en su propia trampa, la paz a la que temía y que trataba de evitar a toda costa, la que haría volver a su patria a las tropas derrotadas una y otra vez. La paz que se iba a firmar sería la peor de las derrotas del gobierno ruso desde el comienzo de la guerra.
Aunque a corto plazo los sucesos parecieron no dar la razón al Japón, a medio y largo plazo no hemos de dudar que la guerra con el Japón (y su paz firmada en Portsmouth), sí que influyó en la historia de la Rusia del primer cuarto del siglo XX.
Si queréis saber más hablamos del tratado en El tratado de Portsmouth