Hace unas semanas veíamos los problemas de abastecimiento que sufrió el ejercito japonés durante la guerra de 1904 <Enlace>, hoy veremos a que se enfrentaba el ejército ruso y los problemas de suministro que tuvo que solventar. Es muy interesante ver en conjunto este aspecto junto a las operaciones militares para entender el desarrollo del conflicto.
Empezaremos a analizar el abastecimiento del ejército ruso desde el comienzo del viaje de las tropas desde Rusia a Extremo Oriente por medio del transiberiano. En general los soldados estuvieron bien aprovisionados en este trayecto, recibían agua caliente cada dos estaciones para hacer té y al menos una comida caliente al día con 300 gr de carne. La mayor parte de los trenes contaba con un vagón de mercancías donde se instalaba una cocina.
Un punto crítico de abastecimiento se encontraba a mitad del trayecto, en el lago Baikal, donde se debía de hacer un alto en el camino, allí se habían acumulado 500.000 raciones de carne en conserva, y se habían tomado medidas especiales para tener comidas calientes.
Ante la previsión del estallido de la guerra se acumuló en Extremo Oriente, raciones para 18 meses. En Karbin se encontraba el centro de principal de intendencia, con grandes almacenes y panaderías de campaña. Las provisiones provenían en la medida de lo posible de recursos locales, a pesar de ser Manchuria un país con muy poco desarrollo, era muy rico en cebada y leguminosas, contando sus ríos con mucho pescado y, en el norte y la limítrofe Mongolia abundante ganado. Es por tanto que el ejército ruso en campaña podía alimentarse casi exclusivamente con los recursos locales, limitándose a traer desde Rusia la harina, sal, coles (para kacha y chitcki) y conservas.
Para acercar los puntos de suministro a las líneas del frente se montaron almacenes con panaderías en las inmediaciones de Liaoyang. Así como en previsión de una ofensiva inicial sobre Wafangú, se dispuso otro almacén en Kaydchou.
Al estallar la guerra aparecieron los primeros problemas de abastecimiento. El pan se deterioraba al cabo de un día de ferrocarril por consecuencia del calor y de la humedad.
Las operaciones militares hasta el mes de agosto de 1904 no fueron muy exitosas para las armas rusas. Las continuas retiradas suponían la destrucción de grandes cantidades de suministros, sin que esto tuviera una influencia notable en el servicio de subsistencias. En este periodo se redirigió hacia el norte el radio de acción de los almacenes del ejército, aprovechando los trenes vacíos que habían conducido las tropas, se abasteció desde Liaoyang las estaciones de Yangtay y Shaho, antes de que la retirada obligara a la destrucción de este punto de abastecimiento en el mes de septiembre.
La evacuación de Liaoyang desorganizó completamente todo el sistema de abastecimiento que había funcionado correctamente hasta entonces. Al llegar a Mukden las tropas no encontraron muchas provisiones, no había nada preparado. La cosecha local debió de bastarse para alimentar al ejército ruso, la intendencia sólo actuó en casos urgentes.
El cariz defensivo de la estrategia rusa, facilitó el que se pudieran enviar destacamentos de requisición de alimentos a mucha distancia, así como los comerciantes chinos ayudaron sobre todo con la adquisición de leña (artículo de especial importancia).
La carne y los forrajes presentaron especiales dificultades, pues en las partes de Manchuria donde se desarrollaban las acciones no había ganados, pues los chinos que habitan esos parajes no comen carne, ni consumen leche. En la Mongolia limítrofe no se podían hacer compras por la neutralidad de China, sólo se podían hacer intercambios a través de intermediarios que complicaban mucho las operaciones, al hacerse a mucha distancia del frente y deber de proteger los rebaños hasta su punto de destino.
Para la ofensiva planeada en enero de 1905 se tomaron las siguientes medidas: Las tropas llevaban consigo comida para 8 día, de las cuales 4 eran portadas por el propio soldado y los otros 4 en el tren divisionario. La intendencia de cuerpo y división se encargaban de que hubiese otros ocho días de provisiones en los almacenes de sus distritos. Las intendencias de Ejército disponían de 3 grandes almacenes en Mudken, Tyelin y Kayugan con suministros para dos semanas, asegurando el remplazo de los víveres consumidos con estaciones de distribución instaladas en la línea de ferrocarril. Contaba igualmente con reservas en los almacenes de la línea Sungari para otras dos semanas. Por lo que esta ofensiva se inició con víveres para mes y medio.
Todos estos preparativos y el trabajo incesante de la Intendencia durante cinco meses fueron inútiles por la derrota y retirada del ejército; todos los almacenes tuvieron que ser destruidos.
Después de la retirada de Mukden el ejército permaneció inmóvil; no obstante hubo que vencer grandes dificultades en el abastecimiento hasta septiembre de 1905, es decir, hasta después de unos 5 meses no se encontró reorganizado el servicio de aprovisionamiento que se refiere a la intendencia. En previsión de que hubiera que hacer una nueva retirada hacia el norte se establecieron almacenes en el alto Sungari.
Como ejemplo de lo que suponía el abastecimiento de un ejército ruso en esta campaña diremos que todos los días llegaban 3 trenes cargados de bueyes y carneros, con los cuales se podría hacer una distribución de media ración (205 gr.) de carne cinco días de cada siete que compone una semana.
Resulta de todo lo anterior que, desde el punto de vista del abastecimiento y a excepción de enero de 1905, el ejército ruso no estuvo en condiciones de realizar ninguna ofensiva durante la guerra de 1904. Las derrotas supusieron la perdida de los almacenes y sus líneas de suministro organizadas y, permitieron comprobar la insuficiencia del sistema de suministro ruso. El procedimiento de almacenes, el cual no disponía de medios de especiales de transporte, no aseguraba la llegada de los víveres a los diferentes ejércitos aunque se dispusiera de ellos en cantidad suficiente.
Los largos periodos de estacionamiento, la riqueza de Manchuria y el poco encarnecimiento del enemigo en la persecución, evitaron el fiasco completo de la intendencia rusa y su sistema de suministro.
Si quieres saber más :
- SCHRABÖK, I. El abastecimiento de los ejércitos modernos y la guerra ruso-japonesa, Madrid : Imp. Patronato de Huérfanos de Administración Militar, 1908