El dos de mayo de 1904 los japoneses lanzaron, por tercera vez durante la guerra, un ataque con brulotes cargados de piedras y cemento a Port Arthur, con intención de obstaculizar o, mejor dicho, impedir la salida de los buques rusos que se protegían en este puerto.
Brulotes hundidos a la entrada de Port Arthur (Fuente : TipsImages)
Solo uno de los cargueros que participaron en el ataque nocturno se aproximó al canal de acceso antes de ser hundido. Tres buques más fueron destruidos intentando franquear la estacada, y otros cinco no pudieron siquiera atravesar el campo de minas. El coste de este ataque en vidas humanas nos da una idea de lo suicida de la operación, de los 154 hombres que participaron en este ataque, sólo 67 fueron recogidos por torpederos, 17 cayeron en manos rusas y 74 fueron dados como desaparecidos (un 48%).
Al día siguiente del ataque (3 de mayo) el vicealmirante Togo en persona realizó una inspección de la zona, las noticias que había recibido eran muy prometedoras, el primer barco había conseguido embocar en el canal de acceso al puerto y había logrado su objetivo. La niebla que ese día impidió la observación, y la inactividad total por parte de la escuadra rusa le convencieron de que la operación realizada el día anterior había sido un éxito.
El peligro que hasta ese momento suponía de la flota rusa de Port Arthur se consideró controlado, lo que dio pié a lanzar la operación más peligrosa de la guerra: el desembarco del 2º ejército japonés en la península de Liaotung un territorio controlado por el enemigo.
Según se había planeado las tropas deberían de haberse embarcado en Japón y, conducido desde allí directamente a su lugar de desembarco pero, la flota japonesa no disponía de medios suficientes para realizar esta operación en un solo viaje. Se modificó pues el plan original y se decidió el transportar al 2º Ejercito a Chinampo en la costa occidental de la península de Corea, junto a la desembocadura del Ping-Yang, desde donde se lanzarían cuatro oleadas hacia la zona de desembarco, los barcos implicados en la operación debían de hacer continuos viajes entre Chinampo y la península de Liaotung.
Desembarco de tropas japonesas en Chinampo (Fuente : TipsImages)
Las operaciones se iniciaron con el desembarco de una brigada naval, que se apoderó de las playas donde debían de llegar las tropas, así como asegurar la seguridad y rechazar los contraataques rusos que se pudieran producir en un primer momento.
Esta brigada naval, precursora de la infantería de marina japonesa, era un cuerpo de élite del ejército japonés que se componía de un millar de voluntarios, y en palabras de un agregado británico eran “entrenados a diario en operaciones anfibias. Suben colinas a paso ligero. Escalan acantilados. Con el fin de estar fuertes en sus cuerpos y ligeros en sus movimientos”.
Para la protección de los transportes y el apoyo de las operaciones de tierra se dispuso la escuadra del almirante Hosoya, compuesta del acorazado Fuso, el monitor Sayen, y las cañoneras Haiyen y Tsukushi. El almirante Kataoka aseguró la escolta de los convoyes, para eso dispuso de los buques Itsukushima, Chinyen, Matsushima, Hatshidate, a los que se les añadió el crucero acorazado Nisshin, así como la escuadra del contraalmirante Masaji Togo con al Akashi, Suma, Akitsushima y Chiyoda. El resto de la flota ejerció una vigilancia cercana de Port Arthur. El vicelamirante Togo, comandante en jefe de la escuadra japonesa, no estaba seguro de que el puerto se encontrara totalmente cerrado, se reservó los mejores y más poderosos barcos de la flota japonesa por si el enemigo intentaba una salida.
Los planes japoneses contemplaban como base avanzada japonesa la isla de Kwanglotau dentro del archipiélago Elliot. El lugar de desembarco fue decidido por la armada imperial, teniendo en cuenta los imperativos marcados por ejercito siempre y cuando no menoscabaran la seguridad de la operación.
Operaciones en Pi-tsé-ouo (Fuente : elaboración propia, mapa Gallica)
Los preparativos de la operación comenzaron con el sembrado de campos de minas y barreras a lo largo del perímetro de las playas de desembarco que impidieran un posible ataque de torpederos rusos procedentes de Port Artur.
El 5 de mayo de 1904 a las 4 de la madrugada 7 mercantes que transportaban a la brigada naval llegan a la zona de desembarco acompañados de los buques del almirante Hosoya. Las cañoneras Tsukushi, Akagi, Chokai y Oshima se enviaron en vanguardia y abrieron fuego sobre el destacamento de caballería cosaca que tenia sus posiciones en Pi-tse-ouo, dispersándolo. Una segunda agrupación rusa situada más al oeste tuvo la misma suerte, aunque logró mandar el siguiente mensaje a Port Arthur :
“5h10 siete transportes y dos torpederos se encuentran anclados detrás de la isla Dachan-shan. Se pueden divisar a lo lejos 4 grandes navíos de guerra. Un transporte ha tomado posiciones delante de Kwanglotau”
Este mesaje se interpretó por el alto mando ruso, como una operación de distracción y no el desembarco principal que se esperaba.
A las 5:30 la brigada naval se encontraba en tierra, no sin dificultades pues la marea baja impidió que los navíos se aproximaran a la costa. Dos horas más tarde ya era dueña de todas las colinas que dominaban la playa donde se atrincheró a la espera de un contraataque ruso. En la playa un destacamento de ingenieros preparó la llegada del grueso del 2º ejército japonés.
A las 9:30 los transportes que traían a la primera oleada ya se encontraban anclados en Kwanglottau, donde 90 pequeñas embarcaciones estaban preparadas para llevar a tierra a las tropas. El trabajo se realizó durante la jornada sin ser inquietados, y se llevaron a tierra 9500 soldados junto a su material.
Operaciones de desembarco en Pi-tse-ouo (Fuente : TipsImages)
El tiempo que hasta ese momento se había mostrado calmado, cambió bruscamente con la llegada del nuevo día, las operaciones de desembarco debieron de ser interrumpidas, lo que dejó a las tropas en tierra en una situación muy comprometida.
Kuropatkin, general al mando de las tropas rusas, seguía creyendo que este era un ataque de diversión y que el verdadero desembarco japonés se realizaría en las inmediaciones de Dalny. El grueso del ejercito ruso se concentraba en las inmediaciones de Kin-Tcheou y la bahía de Talien. Tres batallones de infantería y destacamento de artillería fueron destacados para reconocer al enemigo, tenían que recorrer 60 kilómetros de distancia.
Los japoneses, a pesar de su escaso número, avanzaron ocupando la población de San-Chia-tun, que controlaba la carretera de Pi-tse-ouo – Port Arthur, y se envió un destacamento de ingenieros a Port Adams para cortar la vía del ferrocarril.
Ante el peligro de quedar cercado y por orden del Zar (aunque sugerida por él mismo, según las malas lenguas), el Virrey Alexeiev se trasladó a Mudken. Lo que dejó la flota en manos del contraalmirante Witheft – cuyas consecuencias ya vimos en uno de nuestros anteriores post <Enlace> –. Antes de dejar la plaza, el Virrey dio la orden de salida de 12 torpederos que permanecían en puerto para atacar a los transportes japoneses, esta operación debía de llevarse a cabo de noche, la distancia al objetivo no permitía que se volviera antes de que hubiera despuntado el alba, por lo que se debía de proteger el regreso de los torpederos con los buques de la escuadra fondeada en Port Arthur. En estos momentos las fuerzas rusas en estado de aprestarse para la acción eran de 3 acorazados, 1 crucero acorazado, 3 cruceros protegidos de primera clase, 1 crucero protegido de segunda, 4 cañoneras y unos veinte torpederos.
Para Togo la inactividad de la flota rusa en los primeros días del desembarco era el signo que le confirmó sus sospechas, el puerto se encontraba totalmente cerrado por sus ataque del 2 de mayo. Decidió pues aligerar su dispositivo de vigilancia.
Desembarco japonés en la peninsula de Liaotung (Fuente : Gettyimages)
Las condiciones eran idóneas para una salida de la flota rusa, se organizó un consejo de guerra para tomar la decisión de realizar el ataque nocturno a la zona de desembarco japonés. Lamentablemente para las armas rusas se consideró un ataque suicida que pondría en peligro a los torpederos que participaran en la operación y a los buques que tuvieran que asegurar su protección, por lo que la flota quedó en puerto.
En la tarde del día 6, varios buques ligeros japoneses se detectaron en la Bahía de Kerr donde parecían realizar operaciones de dragado de minas. El general Fok que mandaba las fuerzas rusas en Kin-Tcheou pensó que eran labores preparatorias y que este sería el punto de desembarco principal. Inmediatamente se ordenó a las fuerzas mandadas para el reconocimiento de Pi-tse-ouo que dieran media vuelta, de esta forma el 2º ejército japonés continuó las operaciones de desembarco sin ninguna oposición enemiga.
Las dificultades vinieron no de los rusos, sino de la deficiente organización con un reparto de responsabilidades mal concebido. Los postulados de la época se basaban en que el desembarco de una fuerza tal como un ejercito al completo se haría en un emplazamiento donde se dispusiera de un puerto con las instalaciones necesarias. La responsabilidad del desembarco recaía en los mandos del ejercito, siendo la armada la responsable de asegurar la seguridad de la operación. Este sistema que había funcionado perfectamente en el desembarco de Chemoulpo.
En el caso del desembarco del 2º ejercito en Pi-sté-ouo, no había puerto. Fue la armada quien controló la operación y no tuvo en cuenta todas las necesidades del ejército, por lo que las operaciones se desarrollaron a un ritmo más lento de lo previsto. La cosa llegó a tal punto que el 7 de mayo 17 transportes no pudieron desembarcar las tropas al encontrarse la playa saturada, tuvieron que dirigirse a las inmediaciones de San-chia-tun para proceder a realizar su operación, un día entero se perdió. Cinco días después del inicio de las operaciones solamente se había procedido al desembarco de 35 transportes de los 77 previstos.
Paradójicamente este retraso terminó de confundir definitivamente a los rusos sobre la importancia de la operación en curso. El día 10 el general Kuropakin recibió el informe de que únicamente una división japonesa había puesto el pie en tierra.
El día 12 eran ya tres divisiones las desembarcadas, y no podía considerarse una mera operación de distracción. La situación japonesa no dejaba de ser extremadamente delicada, los aprovisionamientos no llegaban en la medida necesaria y el general Oku no tenía otra opción que permanecer atrincherado. Para intentar solventar esta carencia, se dio por parte de la marina prioridad absoluta al suministro del ejército. Los transportes encargados de esta tarea navegaron aisladamente y sin escolta, de esta forma no había que esperar a formar convois y regular la velocidad a aquella del más lento.
Piezas de sitio de Port Arthur (Fuente : Cityofart)
El día 16 el general Oku ya se encontraba en disposición de pasar a la ofensiva. Su objetivo era claro apoderarse de Port Arthur a la mayor brevedad posible costara lo que costara.
Si quieres saber más :
- PIOUFRE, Gerard. La guerre ruso japonaise sur mer, Nantes: Marines édition, 1999