Durante la noche del 9 al 10 de marzo de 1904 se habían producido algunos intercambios de disparos entre 2 divisiones de torpederos japoneses que se encontraban sembrando minas en las inmediaciones de Port Arthur, y las baterías de costa que defendían la plaza. Se ordenó a una escuadrilla de contratorpederos rusos hacer una salida para enfrentarse a ellos. Ambas escuadras se encontraron a la altura del cabo Liao-ti-chan en el extremo de la península Liaotung, tras un intercambio muy vivo de disparos se alejaron una de otra sin aparente daño.
Sobre las 0600 horas una vez amanecido, una nueva división de torpederos rusos hizo una salida para regresar media hora más tarde. Apareció entonces en la rada de Port Arthur una escuadrilla de cuatro destructores japoneses desplegados en abanico con rumbo este-oeste, como si buscaran interceptar algún buque. En efecto, trataban de cazar a dos torpederos rusos que habían quedado retrasados y que trataban de ganar su base. Fueron rápidamente rodeados y atacados con furia. El combate se prolongó bastante tiempo, y tras una hora, uno de los buques rusos, el Raschitelny, consiguió zafarse y tomar rumbo a lugar seguro bajo la protección de las baterías de costa. La lucha se centró entonces contra el único destructor ruso que restaba, el Steregoutchy, que se encontraba bajo el mando del teniente Sergeiev.
El Steregoutchy era un destructor de la clase Sokol. Desplazaba 259 tn. Tenía 57,9 metros de eslora, 5,6 metros de manga y 3,5 metros de calado. Su velocidad máxima era de 26,5 nudos, y el armamento principal, estaba formado por un cañón de 75mm y tres de 47mm, además de dos tubos lanzatorpedos. La dotación del destructor era de 62 personas entre ellas tres oficiales.
Fuentes japonesas sobre esta acción dicen que el buque ruso no daba más de 15 nudos, y que su capitán maniobró hábilmente intentando embestir a uno de sus enemigos. Se produjo entonces un intercambio de disparos a muy corta distancia, y una vez reducido al silencio el cañón principal de 75 mm del buque ruso, y con sólo uno en uso de 47 mm, se le abarloó el Sazanami con intención de abordarlo. Momentos antes los dos buques habían cesado de disparar, todo estaba en completo silencio, y no se observaba a nadie sobre la cubierta del buque ruso. Los testigos rusos del hecho cuentan que se produjo una lucha a cuchillo en la cubierta del buque, las japonesas dicen que encontraron alrededor de 30 heridos o muertos, y que en el sollado de popa se refugiaban el resto de la tripulación que ofrecieron gran resistencia. Al tomar el control los japoneses comprobaron que los rusos se prestaban a volar su buque, ya que “sobre el suelo se veían cartuchos de dinamita y otros explosivos, y la cabeza de dos torpedos”.
Una vez reducida o muerta la tripulación defensora, el torpedero fue tomado a remolque. Mientras se alejaba rumbo sur entre una mar cada vez más agitada, a las 1030 se observó cómo roto el cable que le unía a sus captores el buque ruso quedaba al garete hundiéndose al poco tiempo, siendo cuatro los únicos supervivientes recogidos por el Sazanami.
Los cruceros rusos Novik, con Makarov abordo, y Askold (otras fuentes citan al Bayan), realizaron una salida al rescate del Steregoutchy. Fue improductiva, llegaron demasiado tarde, aunque no cesaron de perseguir a los torpederos japoneses hasta que debieron regresar a puerto por la aparición del grueso de la flota japonesa. Al conocer este hecho la moral de la escuadra de Port Arthur se vio muy fortalecida, éste era el ejemplo del cambio de la mentalidad de la flota rusa tras la llegada de Makarov, no iban permitir que los japoneses tuvieran el dominio del mar, iban a enfrentarse a ellos, y su almirante iría al frente.
Eran las 0800 horas, cuando los cruceros japoneses enfilaron la entrada del puerto en persecución de los cruceros rusos, mientras el grueso de su flota se retiraba bordeando el cabo de Liao-ti-chan camino de la bahía Pigeon, desde donde comenzó el bombardeo por tiro parabólico de la rada interior del puerto. La posición de los acorazados japoneses estaba bien estudiada, pues las baterías de costa no eran capaces de ofender a la escuadra enemiga. Pero esta es otra historia.
Lo que pasó en los últimos momentos del Steregoutchy nunca se sabrá. Después de algún tiempo, el diario británico «The Times», haciendo referencia a fuentes japonesas, publicó una historia sensacional por la cual el Steregoutchy no se había hundido por causa de sus daños en el combate, sino por un acto deliberado de dos miembros de su tripulación, que encerrados en la bodega no se rindieron a pesar de todas las advertencias. No sólo no se rindieron al enemigo, sino que abrieron las espitas que inundaron el buque y lo echaron a pique yéndose con él a las profundidades del mar.
Este mensaje causó un gran revuelo en Rusia. En medio de las malas noticias que llegaban del frente, la hazaña del Steregoutchy y de dos marineros desconocidos, era un brillante ejemplo de firmeza y coraje de sus soldados que infundió fe en la victoria. Los diarios rusos inmediatamente se hicieron eco de la noticia, provocando una explosión de patriotismo.
Se decidió erigir un monumento en recuerdo de esta acción. Pero los supervivientes no corroboraron esta historia, por lo que se creó una comisión para el esclarecimiento de los hechos. De resultas de la misma no quedaba claro que hubiera podido realizarse el autohundimiento tal y como se creía. Por lo que Nicolás II ordenó que el monumento fuera en memoria de toda la tripulación del buque, y no sólo de estos dos marinos. Aunque dado que a la sociedad se le había inculcado la creencia de la hazaña de dos valientes marineros abriendo las válvulas que inundaban su barco, se decidió no alterar esta imagen y así se inauguró el 10 de mayo 1911.
En la avenida Kamennoostrovsky estaban alineados las tropas con banderas. El Neva se encontraba repleto de buques de guerra. Cerca del monumento los invitados de honor: la viuda del almirante Makarov, familiares de los marineros muertos, el primer ministro Stolypin, presidente de la Duma Rodzianko, el comandante del destructor Raschitelny, así como los más altos rangos del Ejército y la Marina. Cuando estaba todo listo para la celebración llegó el emperador Nicolás II junto a sus hijas Olga y Tatiana. Se convirtió en un monumento al heroísmo, la abnegación y el valor de los marineros rusos.
Hoy en día se encuentra en el mismo lugar.
La siguiente foto está un poco borrosa pido disculpas. En la catedral de San Nicolás en Kronstadt hay una placa en reconocimiento de los fallecidos en esta acción, junto al resto de los caídos en acciones de guerra de la Marina Rusa.